Llega el verano y la hora de poner a punto nuestras terrazas, patios o zonas al aire libre. Muchos tendremos originalmente césped natural o al menos la tierra para sembrarlo. Si nos estamos planteando plantarlo, nos estaremos haciendo la siguiente pregunta: ¿será costoso y complicado su mantenimiento? Es entonces cuando vemos factible otras opciones como colocar sobre el suelo césped artificial.
En principio, podemos decantarnos por el césped artificial debido a su mantenimiento. Éste nos permite ahorrar tiempo y dinero, ya que no es necesario cortarlo, regarlo o abonarlo. Por lo que supone un ahorro considerable de agua y otros recursos de los cuales el césped natural no podría prescindir. Asimismo como el tiempo que ahorraremos en realizar todas esas labores.
El césped artificial tiene la ventaja de que se puede colocar sobre cualquier superficie. Por lo que no tendríamos que cambiar nuestro tipo de pavimento para su instalación. Sobre tierra, hormigón, cemento, baldosa, etc. quedaría perfectamente. Incluso se usa en ocasiones especiales para decorar paredes. También ofrece un aspecto realista y agradable durante todo el año, sin apenas diferencias visuales con el césped natural. Dentro de esta gama, existen modelos que se diferencian por su suavidad, textura o color.
Aunque parezca lo contrario, el césped artificial es resistente a la lluvia, al sol, la nieve incluso a las heladas. Además, tiene una gran capacidad de drenaje, por lo que evita encharcamientos. Hablamos de un producto limpio e higiénico, que no produce problemas de salud como alergias o picaduras de insectos, albergados en el mismo. Su característica antideslizante hace que sea perfecto para colocarlo incluso alrededor de piscinas. Puesto que ni siquiera los productos químicos de mantenimiento de las mismas lo harán deteriorarse.
Por último, hay que añadir que es apto para animales domésticos. Sus deposiciones no dañarán sus calidades y es fácil de limpiar. Es recomendado para el uso infantil, fácil de instalar, sobre todo sobre baldosa u hormigón, y es económico y sostenible. El césped artificial no necesita riego por lo que ahorraremos el 100% del agua gastada con el césped natural. Asimismo como los abonos y productos químicos para el mantenimiento del mismo.
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